sábado, 12 de enero de 2013

Fue todo tan deprisa.

Nunca hay tiempo suficiente para expresar lo que una siente.
Las agujas del reloj nunca tienden a pararse cuando lo necesitamos realmente.
El tiempo vuela tan deprisa, pero tan despacio a la vez.
Yo misma perdí tanto la noción del tiempo que no se cuantos minutos mas va a durar esta monotonía.
Todas las cosas llegan siempre en su debido momento, quizás algunas se queden al paso y otras desaparezcan por el camino dejando aquel enorme vacío.
Tiene un sabor rutinario, vivir y volver a vivir momentos desagradables que en un principio piensas que llegaran a su fin, hasta ahora que parece ser que todavía no se han esfumado.
La gran tontería que una hace por amor, esperar a que todo lo que esta ocurriendo tome sentido y funcione tal y como una desea.
Nada es fácil si lo que detrás de todo aquello se espera una gran recompensa, nada es fácil.
Ya todo cambió e incluso me arriesgo a decir que yo también he cambiado, todas las personas cambian con el tiempo y si no es por uno propio, es por la culpa de otros.

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