sábado, 16 de marzo de 2013

Olvidaba ser feliz.

Ella está confundida, sus sentimientos y la razón están reñidos por un simple tema de amor, una guerra constante que la hacen parecer un títere, una simple muñeca manejada por cuerdas, cada una con un motivo diferente.
Tan confundida, tan desbocada de sí misma que piensa que algún día va a estallar por tantos sentimientos oprimidos en su corazón.
Quiere distraerse con algo, algo que le ayude a salir de esa puta rutina, salir del recuerdo de esas fotos, de aquellos números, de aquella fecha...
Pero Ella no sabe que cada vez más se va metiendo en la boca del lobo, pero claro eso a Ella la distrae de su amor verdadero y es capaz de hacer lo imposible para olvidarle.
Dejar de lado todo absolutamente todo y mira como se lo paga haciéndola sufrir durante mucho tiempo, y aún sin saber cuando va a terminar todo aquello.
Solo hace falta gritarle al oído que la odia.
No logra salirse con la suya nunca, una vez entrado en su vida lo ve incapaz de salir de ella.
¿Qué ilusa es la pobre verdad?
Tanta es la verdad que arrastra la pregunta, como tanta la verdad al responder que sí. 
La estúpida se ilusiona con cualquier detalle, pero no con el detalle de cualquier persona, si no con aquella persona que desde el principio de toda esta historia Ella le hecha la culpa de todo dolor por cada momento, cada instante, cada minuto, cada segundo que Ella ha sufrido, El es la única persona que la puede dañar.
Personas como El, que no se merecen ni un poquito de Ella, personas con el corazón tan encogido como el tamaño de una canica y tan duro como el diamante.
Todavía no se a dado cuenta de que vale millones, oro en específico, pero ellos no saben cuanto vale un millón ni siquiera saben el color del oro y suena a metáfora, pero con los ojos vendados de mentiras nunca sabrán el color del oro ni el valor que hay detrás de el.
¿Pero sabéis que?
Su sonrisa la hace fuerte lo suficiente para levantarse una y otra vez de aquellas caídas con heridas.
Sabe como puede hacerse feliz así misma sin que nadie la guíe por el camino correcto, ella sola se mantiene en pié.

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